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Ceshire

Sortilegio de konafah

Sortilegio de konafah Sortilegio de konafah

Pensarte es un conjuro
de dátiles y uvas.
Lámparas geométricas
con cristales coloreando
las paredes oscuras.
Siete velos, una noche
y mil promesas liadas
con pistachos, hojaldre
y un hábil cuento de cuna.
Pensarte es un hechizo
que evoca en mi boca
el acre sabor de la arena.
paisajes dromedarios,
y melodías de Amr Diab.
Las letras de tu nombre
largas como dragones
tejen en mi mente
premoniciones quedas.
Tus ojos evocan el misterio
del encantador de serpientes.
Seducción de ajonjolí
sortilegio de Konafah.

5 comentarios

Max -

¡Ay! lo que yo quisiera saber...

Gracias por ese remedio, impensable brujilla tropical.

Besos.

Ceshire -

Pensarte es conjurar
casas de adobe
y cuerdas de laúd.
Efluvios de Derbuka
en el aire de Marzooq
Inmediatez lejana
Delirio de lo árabe.

--Ya vez que buen verso inventaste en un segundo, y sin saber. : )

El remedio se unta, especialmente detrás de las orejas y en el cuello. La toronja irrita así que no te vayas a echar el aceite directo de la botella, diluyelo con cualquier otro aceite (menos el de oliva que huele terrible). Otra forma es echar unas gotas en el agua caliente de la bañera e inhalar el vapor. El aceite de menta también ayuda, pero cuidado porque este aceite mal diluido te pone a temblar del frío. Ya me pasó una vez y sentía que tenía hipotermia.
Un abrazo y sonrisa!

Max -

Hoy he releído tu sortilegio y he vuelto a Egipto, llevado por el sabor del konafah. A finales de los ochenta hice unos cuantos viajes por Egipto. No recordaba el konafah y sigo sin poder aislar su recuerdo concreto entre toda aquella variedad de dulces impregnados en miel. Hoy he llegado hasta Marzooq y el trueque de su fortuna. Hoy te he leído sereno y más ajustado al ámbito del poema. Y, claro, sabe a casa de adobe y a laúd y derbuka en el aire de la noche. En la primera lectura, destartalado como estaba, me impactó lo más inmediato. Lo diré: me hubiera gustado ser el motivo de ese conjuro (y a quién no). En fin, delirios...

Gracias por el remedio para el jet-lag. Lo buscaré. ¿Eso se bebe, se unta...?

Respecto al país en el que ando, ya te cuento.

Besos

Ceshire -

Ay Max, llorar te deja limpio Y si mi poema casi te incita a llorar yo estoy muy complacida de servirte en esos propósitos. Claro que no era un poema para llorar sino para evocar Las mil y una noche y sonreir calladamente.

Para el jet-lag te puedo recomendar el aceite esencial de toronja diluido en aceite de almendras. Hace maravillas.

¿En qué pais lejano andas?

Max -

Hoy te leo desde un lugar remoto, lejos del lugar en el que no tengo raíces. Hay otras personas en la sala de este hotel demasiado lujoso y ajeno... y no puedo llorar. Llorar porque mi nombre no tiene letras largas como dragones, por ejemplo. Sí, he contenido mis lágrimas como un hombre. También un poco ayudado por el jet-lag, claro (otra vez el jet-lag).
Sandra, este poema es maravilloso (lo árabe está muy cerca y muy dentro de España). Y es raro, viniendo de tu mar, pero fluye con naturalidad asombrosa.
Besos.