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Ceshire

Mis poemas

Diletante

Diletante

Los escritores son todos
unos seres melancólicos,
embusteros y psicóticos.
Con un dejo de aburrimiento
flotando en el semblante
y la habilidad de la serpiente
para encantar el aire.
Es por eso que encuentran
premoniciones y esperanzas
en ojos de barracudas
de lenguas descaradas.
Es por eso que imaginan
ángeles amarillos
en burdos dragones de mar
con espíritu de alga.
Sin que nadie sospeche,
sin que nadie cuestione,
la psicosis crónica
de un vulgar diletante.


¿Mienten también los delfines?

Orión

Orión

No sé con exactitud cuándo ni cómo,
pero fue para cuando llegaron los artrópodos;
esos taciturnos insectos melancólicos y cobardes
que viven escondidos en tejados y en zócalos.
No diré el nombre que me infestó de insectos
y me dejó piojosa el alma de araňas y alacranes.
Pero su mirada celosa aplacó un firmamento
y una lluvia de Dracónidas Soledades.
Desde entonces se hizo la noche, huyó Orión,
Y por más que busco no encuentro
ninguna de mis extremidades.

Océana

Océana

Tengo miedo de convertirme en mar.
De derramarme agua, sal y abismo
sobre la arena augusta del azar.
Miedo de echar a perder la música
en un sol que despinta y desvencija.
Terror de sondar las ganas y no hallar nada.
Pesadilla de descubrirme inmesidad y océano,
cielo, pez, desnudez, melancolía y horizonte.
Y que las las voraces gaviotas me visiten.

Hansel

Hansel

Dejar ir es muy sencillo,
sólo hay que tener estómago,
practicar el arte de aflojar los hilos,
relajar los dedos, contarse bien las manos,
desconfiar de los caminos de pan,
las brujas y las aves.
Y ser capaz de ver llover islas,
espejos, personas y ciudades
tras el vil cristal de una ventana de sal.
Si, dejar pasar es muy sencillo.
He soltado ya una jaula,
siete besos, cinco casas, un perro,
mi nombre y tres destinos.
Pero temo para soltarte a ti, primero
tendrían que comerme los pájaros del camino.

Pirata

Pirata

Pirata

En el corazón de vidrio
cae hermética la noche
y una barca de silencio
navega un mar de cemento.
Naufragos desfilan años;
debutantes fantasmas
de coronas marchitas
y vestidos de domingo.
Una niebla gruesa y fría
cubre espejos y estrellas,
nada queda, incluso ella
se siente lívida bruma.
Soplan arena y ostras
y en humedad de nácar
se derrama una tormenta
que es desmán de perla.
Torpemente se desata
la odisea del pirata
que se roba a si mismo.

Nostalgia de navidad

Nostalgia de navidad

Nostalgia de Navidad

Yo te quería, aunque
tú me quisieras menos;
y fuera para ti lo mismo
que un par de sandalias viejas.
Tú en cambio eras
esa frisa de siglos
que fue tejida por alguien
que se amó y ya no existe.
No sé por qué te recuerdo
pero lo hago a veces.
Te dibujas en mi mente
triste y distraído.
Y se me llena el alma
con la sensación extraña
de que he perdido algo
que jamás debió perdérseme.
Un dedo, una mano, un brazo...
o quizás más de lo que digo.

Y una mañana tras otra
alguien me sigue trayendo
el mismo periódico gris
pero con fecha reciente.
En sus letras te imagino
repasando con los dedos
algún error de imprenta
o una noticia cívica.
Me pregunto cómo estás,
si te han sentando los años;
me conformo con saber
si te han sentado, punto.

La última vez que te vi
estabas seco y distante.
Claro que para entonces
había en mi boca
sarcasmo como no pensaste.
Había un anillo en mi dedo
y un sombrero en tu cabeza;
ahora que lo pienso:
qué final tan imperfecto.
Aquel sombrero horroroso
que yo te regalé;
más triste y más perdido
que Pablo sin San Bernabé.

Y no es como si procurase
recordar tragedias
o conjurar finales descuidados.
Ya quisiera yo evocarte
inocuo y cortés;
con sonrisa de feria
y abrazo de coctel.
Pero no es así y casi siempre
lo que me asalta es la imágen
de un hombre bueno
pero mentiroso y cobarde.
Como cuando un niño descubre
que Santa Claus es su madre
tu recuerdo me inspira
desengaño amable.

Pero así te quería y no importa
que tú me quisieras menos.

Picor

Picor

Un hombre me está picando el alma
como escozor de ácaro en los ojos.
El deseo de tenerlo ciega y excita.
Aberración de amarlo o la facultad
de sembrar dudas y recoger verdades.
Certeza de querer aún morder la fruta,
y tirar de las paredes los espejos.

Descuido

Descuido

Descuido


Quizá olvidamos tocarnos
explorar lugares nuevos
en donde aletargarnos.
Recabar los muslos,
exigir los hombros,
notar la mano fatigada
que demanda el respiro
de un beso con lejía.
Un beso que borre,
que purifique,
que escurra la amargura
de vivir como una hormiga.
Se nos pasó remendarnos,
zurcirnos lo roto a lengüetazos
limar los ángulos de la cavilación,
amarnos como si no existieran
más días en el calendario
o la mortal excusa del mañana.
Que dos pesos perdonan un peso
pero el corazón no se conforma
con depósitos a destiempo.
Dime amor,
¿De qué nos sirven los sueños
si se han comido otros sueños?
¿De qué la idea peregrina
de más sábados, más domingos
si hemos perdido la ilusión
de ser nuestra propia isla?
Mira que hay plantas hermosas
que mueren por falta de agua
Y la aventura al arcoiris
es una vulgar ironía
si se estrechan los caminos
si queda disperso el tesoro.

Araña

Araña

Colgadas de redes
llegan tus palabras.
Siniestras còmplices
del extraño cariño
que teje una araña.

Detrás de mis párpados hay

Detrás de mis párpados hay

Detrás de mis párpados hay
un mundo virtual
donde todo es posible
y el hombre de Nicanor Parra
se pasea con el gato
al que la curiosidad no mata.
Existen tus manos y las mías
sondeando el infinito como agua...
Sabes,
ese espacio vacío
entre una pestaña y otra
es también inmensidad
donde crecen sueños
de secretas melodías
e impúdica inocencia.
Allí el amor es un prisma
sin defecto de fabrica,
y en un sólo átomo
se estiran siete universos
y siete verdades
de egoísmo que no daña.
Si pudieras asomarte
las cosas que encontrarías.

Inefable

Inefable

Detrás del Atlántico
por el Poniente,
existe el sol
en una cajita verde;
Existe
el Hermes de Pandora:
el inexplicable desvario
de un deseo prófugo.

Luto

Luto

Tras la puerta con llave
en algún punto de la bóveda
quedaron todos mis amores:
soles, lunas, dolores,
que no volveré a pronunciar.
La noche perdió su fondo
y un silencio nuevo, hiedra
me pulverizó ceniza.
Soy un fenix que no medra
en eterna combustión.

Esto es el luto boca abajo
del orbe que se resiste.

Cavilación

Cavilación

Las estrellas son sólo luces
ocultas detrás de la noche.
Las pasiones de este mundo
sólo sirven si se juegan
a merced del quedirán.
Los mares y las ciudades
no convergen en los astros
que brillan a mil años luz.
No existen estrellas fugaces;
sólo deseos en fuga,
y los mitos son dioses lúdicos,
con forma de constelación.
Dios, arriba; nosotros, abajo.
-“Y llueve sobre mojado”.

Marítimos

Marítimos

I
Hay una mujer azul cogiendo olas
montada en las agujas de un reloj suizo;
llora,
y su mar cada vez se hace mas grande.

II

No hay lugar en las urnas
para los mares muertos.
Una ciudad fúnebre
se alza de entre las dunas:
¿Dónde descansarán
los huesos de la memoria?
No nacerá vida en donde pena la muerte.

III
Aun el mar
le dio agallas
a sus hijos.

Desengaño

Desengaño

Podria escribir diez mil cosas
Sobre amor, dolor y vida;
mas mi lengua entumecida,
mas mis manos que no vuelan,
mas mis ojos que no lloran,
mas mi alma que no ama,
y un amante que me absorbe,
me niegan tal desengaño.

Altas expectativas

Altas expectativas

Una impresión sublime
sobrevuela mi mente
en el mágico baile
de la idea infinita.
Y todavía pretendo
ordenar el paisaje,
jugar a que puedo
escribir la mariposa.

BARAJAS DEL MUTOSCOPIO

BARAJAS DEL MUTOSCOPIO

El arquetipo en la perla,
baraja del mutoscopio,
es sólo una abisinia blanca,
esclava del leotardo.
Sus curvas no son de fruta
ni de metonimia etérea;
fragor risible de una femineidad falsa.

El erotismo pena
entre vulvas de peonías.
Acuerdo del colonizado,
complicidad de vaporizador,
mordaza de rosas a la identidad agria.

Mi cuerpo es el laberinto
de un minotauro hembra.
Mis tetas cargan la marca
de un doloroso carimbo.
Triste marilyn suicida
jugando a vencer la bestia.
Triste liviandad de espíritu,
agnosia de curvas y talco.

Puzzle

Puzzle

Nuestros pedazos ruedan
esparcidos en la acera;
sus formas sucumben
bajo la suela ajena.
¿Los podremos unir?

Los relojes no esperan.
Sin palabras nos morimos
en los verbos vivos.
Las respuestas convalecen
en el rojo de los vidrios.

Un paseante se disculpa.
y con un paño nos devuelve
unas huellas con sangre.
Todos sonreímos,
-Caminar no es un pecado.

¿Resistiremos?
Botos, nos levantamos.
No eres tú, no soy yo
y sin embargo,
nada impide que seamos.

Ahora el paseante se quiebra:
alguien más lo camina.
¡Rompámonos de nuevo!

Sensibilidades

Sensibilidades

En febrero del 99 escribí:

Detras de esta sucia celda
sólo se siente el silencio
el vacío de un ruido siniestro
eterno e irremediable
y tal vez sea culpa mia
este dolor de esclavo
este llanto hecho de vidrio
estas amarras de aire.

En el 2003 lo leí, quise corregir, tachar, reescribir, acoté:

Mi celda es el silencio
y tal vez sea culpa mia
este dolor de esclavo
este llanto hecho vidrio
estas amarras de aire.


Hoy reencontré el poema, volví a tachar, quedó así:

Mi celda es el silencio.

Cada año me como más palabras.

Poema del no

Poema del no

No quiero ser la damisela en peligro,
si acaso aspiro a ser mi propio príncipe.
No quiero tu protección;
ya yo estuve en un útero,
ya mi madre me parió.

No quiero edificar la casa
sobre las vigas de otra gente.
Ni habitar mentiras y despertar un día
con otro apellido y sin nombre.
Lo que anhelo son verdades que sean sales.

No quiero ser la perfecta mujer complaciente.
Ni vivir tus sueños, ni ser tu mujer.
Prefiero ser la imperfecta mujer que es feliz,
que redime su quimera,
que se es fiel.