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Ceshire

Pejesapa

Pejesapa

No sé cuándo me cambió la mirada
y me salió un sedal en el centro de la frente.
Por qué me gusté pejesapa y monstruo;
canibal agazapada en una cama de algas.
Cuando sucedió aquello del mimetismo y las babosas,
de presumir el veneno, de esconder la boca,
de pescar con carnada de mi propia garganta.

Pejesapa asustada me llené de aire.
Dos veces mi tamaño es una carga muy grande.

6 comentarios

Ceshire -

No hay de qué Blogworkorange, pasé por tu página, me pareció variada e interesante. Me reí mucho con la discución del día de acción de gracias.

Blogworkorange -

Me gustó mucho. Gracias.

Ceshire -

Pedro (Glup): Gracias.
(Y no me aplaudas que ya son años, abrázame).

Pedro (Glup) -

Genial, poeta del fondo del mar, dice mucho, mucho.
(Pero luego llegas tú, marina, con el agua por los tobillos, tan bella, jugando alegre con perros y peces que uno no puede imaginar de dónde imaginas tú). Mis aplausos.

Ceshire -

Dinobat:
Creeme cuando te digo que la foto me hace justicia. Sobre el veneno ¿qué puedo decirte? Los pejesapos no son venenosos, sólo se camuflajean con los colores de las babosas (que algunas sí son venenosas) para que los peces más grandes no se los coman.

Dinobat -

Una bruja boricua?, no creo que seas tan horripilante como las viejas de la foto, no, no, no puede ser, por cierto tu veneno no puede ser más que agua de rosas...