LOS AMANTES DE MAGRITTE
Hay una manta
cubriendo
nuestro pudor.
A ciegas,
nos tanteamos
el gesto.
Tu lengua,
no puede sorberme.
Tus labios,
son una marca
timbrada en mí,
a secas.
Con ansiedad,
nos intuimos
la humedad.
Nos olemos
a sabanas limpias
y perfumadas.
Tras la ventana,
la noche
nos reconoce,
amantes
del traje
y la moralina.
El que nos pintó,
no sabía
lo que hacía.
Arranquémonos
las sábanas.
Amémonos con la piel.
cubriendo
nuestro pudor.
A ciegas,
nos tanteamos
el gesto.
Tu lengua,
no puede sorberme.
Tus labios,
son una marca
timbrada en mí,
a secas.
Con ansiedad,
nos intuimos
la humedad.
Nos olemos
a sabanas limpias
y perfumadas.
Tras la ventana,
la noche
nos reconoce,
amantes
del traje
y la moralina.
El que nos pintó,
no sabía
lo que hacía.
Arranquémonos
las sábanas.
Amémonos con la piel.
5 comentarios
Juank -
Un placer conocerte y leer tus versos.
Saludos
Ceshire -
¿Contador dices? Eso del ojo invisible y la gráfica que amenaza la tranquilidad de la casa siempre me ha dado susto. Ni medidas, ni números, ni estadisticas. Cartas sí.
Te mando un beso,
Sandra
Ceshire -
A mi no se me hubiera ocurrido mejor. Te envio saludos.
Pedro -
lu -
que deban ponernos sábanas.