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Ceshire

Solsticio

Solsticio El poeta esconde su suerte debajo de su zapato,
tras de sí deja el grito de una ciudad aciaga,
su figura a contraluz huye con el poniente,
el desierto lo recibe con carámbanos verdes.

La Numen borra las huellas que le fabrica la arena;
parece que lo quisiera pero sólo lo desea.

Un alacrán se pierde entre dunas de retama
disfrazando su ponzoña tras un hilo azabache.
La soledad es peor que un nido de escorpiones.
El desierto que es desierto se vacía de alimañas.

La Numen borra las horas, los días y las semanas;
parece que lo quisiera pero sólo lo posee.

Un velo de lentejuelas ondea bajo la bóveda,
un viento granuloso mece la hamaca de arena,
el poeta enamorado fabrica versos de sal,
en los brazos de la Numen duerme el sueño de los Justos.

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