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Ceshire

Saboteadora

Saboteadora

Miente, te quiere mansa
como animal cautivo.
Tanto teme a la foresta
que se gastará horas
trenzando jaulas como kimonos;
obis dorados con los que aprisionarte.
Si la dejas, si te fías de ella,
te echará para siempre a una okiya
y abanicará incluso la esperanza.

AFRODITA

AFRODITA

Las virtudes son defectos
si se pintan en los techos
con siluetas de mujer.
En tus ojos son perfectas
sólo porque no conoces
las flaquezas de las formas.
La mentira de la carne
viene en vivo y a color.

Afrodita está muerta.

Algodón

Algodón

ALGODON

The insane are physically ill”.
---Henry Cotton (1886-1933).

Dos lunas de sal
atornillan mi cabeza,
me oxidan la razón;
no diré que eres tú:
tendrían que sacarme el corazón.

El doctor Algodón,
serrucha mis miembros,
ya no me quedan muelas;
Tu noche prevalece.
Soy un muñón, sobreviviéndonos.

Son tiempos difíciles.

Andrómeda

Andrómeda

De Víctor Valera Mora

En la galaxia de Andrómeda existe
un florido planeta donde los ríos no ahogan el mar
donde fuego y hielo queman las contradicciones
Donde no hay necesidad de regreso
Donde 0 x 0 es más que el infinito
Donde los puntos cardinales son más de cien millones
Norte y Lía Sur y Símbalo Espliego y Araceli
Miguel y Adriana Orfeo y Atabal Cedro y Valkiria
Misterio y Prodigio Neón y Asfalto Rosa Ercilia y Dionisius
Antonio y Elena mis pobres padres Virreyes de Indias
Mi viaje a Europa Este y Adelfa Oeste y Clavicordio
Donde todos viven en éxtasis
Donde nada ni nadie es vil
Donde el sol es anillo y ritual de bodas
donde somos ráfagas de luz y nos desplazamos en silbos
Un planeta limpio y pulido
Donde los enamorados viven en palacios flotantes.
Donde Dios tiene un puesto de revistas mal atendido y mata el tiempo
hablando del pasado con Buda y Mahoma y el Vendedor de verduras
de la esquina y la gente ya los conoce y la gente cuando pasa dice
“esos cuatro vagos son panita burda”
Donde el hijo de Dios y los ángeles del desenfado
beben el aire de las avenidas sobre sus motos trepidantes
Donde no hay academias militares ni policías ni cárceles ni monedas
Donde somos sabios Donde somos buenos
Donde los últimos insidiosos
escaparon por un túnel y cayeron al vacío
Astro paradisíaco armado y defendido
por francotiradores y poetas
Donde la muerte está de capa caída
Donde los hombres son gentiles
Donde las mujeres son ramos de jacintos
de labios y de ojos cambiantes de colores
Un astro moderato cantábile
Donde la noche es vino y alegría hasta el amanecer
Su capital es una ciudad resplandeciente llamada Estefanía
Donde tú tienes señorío Donde eres reina
Ese planeta es mi corazón errante.

CICATRICES SIN DUEÑOS

CICATRICES SIN DUEÑOS

Tal vez tenga tendencia a la duda
y mi muerte se haga lenta,
pero es peor quien se muere
sin conocer la ponzoña
asesina de sus sueños.
Y denomina con voz errada,
a su suerte, meras causas naturales.
Es peor, y no lo dudes,
exhibir cicatrices sin dueños.

Filia interior

Filia interior

Yo te quiero compleja,
viciosa y caótica.
Sin brújula, ni pista,
ni idea: mórbida.
En tus experimentos,
mementos
y proyectos alienígenas.
En tus pesadillas sórdidas.
Apocada o engreída.
Casi casi una monja,
relapsa.
Te quiero contradictoria.

Blanco/negro

Blanco/negro

Una brigada de monjes del medioevo
está haciendo de mis sueños
su campo de guerra.
Como Maniqueo
alucino en blanco y negro.

Una historia entre todos

Una historia entre todos

Mi amigo Glup me ha pedido que lo suceda con el capítulo quince
de esta historia: http://unahistoriaentretodos.blogspot.com/
Yo a mi vez se lo he pedido a mi amigo Max de Sastre quien ha
aceptado el reto y sigue con el dieciséis. A ambos, Glup y Max,
mi admiración y aprecio.

Capítulo quince, El primo Carlos

Sentada al borde de la butaca del Hospital de San Pedro y acurrucada bajo una manta verde, ella observa sin pestañear el cuerpo entubado de Andrés. Al observarlo así, lleno de agujas y plásticos; y ante la amenaza de que sea éste el perturbador preludio de su muerte; piensa que el amor que siente por él es un doloroso cáncer que le descabala el interior. Siente que no es justo que acabe todo ahora que conoce estas cosas. Ahora que sabe que no se recupera el pasado sin sacrificar el presente. Se siente culpable y llora. Se despereza de la butaca dejando caer la manta color verde a sus pies, agacha la cabeza, deshabitada de fuerzas, mira sus pies y recuerda a Mad. Se acerca a la cama donde descansa él y lo besa con un gesto triste. Luego toma sus manos inertes y se las pone en la cara, las pasea por su cuello, su pecho, su abdomen. -¿y si no despiertas? ¿qué? ¿y si no alcanzo a decirte? -En un instante que le parece eterno se quita una a una las prendas que la visten: primero la gabardina, luego la camisa, duda... pero cae la falda, y rueda por sus pies la ropa interior. Queda desnuda. -Conoce que te amo. -le dice mientras levanta la sábana que lo cubre y se enrosca a su lado como una antigua amante. Mientras siente que ha vivido esto antes, quizá en sueños, la mirada se le pierde en el paisaje de edificios detrás del ventanal de vidrio. Un hermoso atardecer anaranjado se cierne. Ella toma la mano de Andrés, la pone en su pecho y sin sospechar siquiera, se queda dormida.

***
Un mirlo se posa en el alfeizar de la ventana, levanta el pico graciosamente y comienza a cantar dulcemente. Ella despierta, mira el reloj, nota que ha amanecido. Asustada ve que una enfermera joven coloca algo en el suero de Andrés.
-No se supone que las esposas duerman en la misma cama que los pacientes.
Ella aprieta la sábana contra su pecho, quiere disculparse, decirle a la enfermera que ella no es la esposa, lo piensa mejor, qué decir, abre la boca, comienza a balbucear algo...
-Por hoy me haré de la vista larga, la corta la joven de blanco, y sin esperar respuesta se aleja cerrando la puerta tras de sí.
Ella se siente estúpida.

El mirlo continúa cantando, ahora con más ímpetu. Ella lo mira desafiante. Ahora piensa que los animales totémicos son mensajeros oscuros... -chú, vete, chú - le grita desde la cama tratando de asustarlo. El mirlo detiene su canto con dignidad, da varios saltos hacia al frente y le devuelve la provocación observándola fijamente. Por un segundo ella siente que es una con el mirlo, que se le ha metido el animal por dentro, y que desde adentro el mirlo quiere organizarle el pensamiento, mostrarle algo. Aturdida, se levanta de la cama, cierra la ventana y deja desparramar la cortina para no ver el pájaro. Al otro lado, retador, el mirlo continúa cantando, ahora sí, de mala forma. Ella lo ignora y cierra los ojos un instante tratando de recordar el rostro del criminal que acuchillara a Andrés. Había estado tan nerviosa durante el atraco, y todo había sucedido tan rápido que de aquél hombre ahora sólo recuerda una cosa: vestía pantalones de cuero negro.

-Es todo mi culpa... -murmura y se tumba desnuda en la butaca acariciándose los brazos, abstraída. Comienza a recoger del suelo su ropa y reflexiona en voz alta: -Para empezar, jamás debí escribir aquello de: busco hombre que vista de negro y arranque la vida en un abrazo. El destino me jugó una mala pasada; hallé exactamente lo que pedí encontrar, un hombre que me arrancó la vida de Andrés en un abrazo...

El mirlo deja de cantar y comienza a emitir chillidos histéricos. Ella se levanta de la butaca dispuesta a hacer callar al animal. Un hombre cuyo rostro queda oculto detrás de un arreglo de geranios rojos entra a la habitación como un bólido, ella se cubre como mejor puede con la manta verde. El hombre pone los geranios a un lado de la pieza y se derrumba junto Andrés llorando. Ella suelta un gemido de asombro al reconocerlo.
-Celeste -exclama el hombre al verla.
Pero ella no responde.
-Soy yo Carlos -continúa, mientras se acerca a ella. -el primo de Andrés -se explica.
Y le da un abrazo tan fuerte que ella no tiene otro remedio que dejarse abrazar, entregada y mansa como lo hacía en su sueño. Confundida atina a desordenarle el cabello tratando de conmemorar juegos infantiles. Le impide la laca en el pelo, la amenaza un recuerdo, un escalofrio la recorre, fuera el mirlo continúa chillando. Quiere decirle a Carlos que lo fue a buscar a la Calle Poniente, que pensó que lo había encontrado en Andrés pero las palabras la abandonan y no es capaz de decir nada.
-Cuanto te extrañé.... oye susurrar a Carlos.

Su sueño se ha cumplido.


La ciudad de los héroes

La ciudad de los héroes

En la ciudad de los héroes,
arden los orbitales,
desbordando chicotes
en los ojos de ceniza.
La gente suda aceite
y se baña con cuchillas
para afilarse los dientes.

Aquí todos son héroes;
no hay remedio ni culpa,
la piel burbujea instinto,
con maque de quemasdá.
Se camina con la lengua.
Las lagrimas se evaporan
al contacto con la piel.

¡No se consigue llorar!
Que se salve quien pueda.

Ilegítima

Ilegítima

Llegará el día en que agotaré
la última metáfora.
Entonces no habrá remedio
y por desmemoria o descuido
primero croará la duda
y luego se hará el olvido.

Si acaso un domingo
coincidiremos. Seremos
lo suficientemente necios
para fingirnos estúpidos
analfabetos de símbolos;
dos brutos que se saludan
con tres dedos mórbidos,
o la mitad de una sonrisa
o un beso sórdido,
pero siempre con la mitad de algo.

Te digo,
llegará ese día
en que dejará de obsesionarme
tu sombra de las manzanas,
los puentes y la ría.
No hallaré en ella miradas de espejo
ni pistolas de señas.
Tampoco alegorías
ni mapas, ni embajadores,
que completen el paisaje
que dejaste a medias.

Hombre egoísta
mira, estoy cansada.
Tu pañuelo amarillo tiene ya
lunares de hongo.
Ya no te reconozco y temo
desaparecer como Amelia Earhart
por obstinarme en el aire.
No quiero esta obsesión ilegítima,
que acaso sin saber una noche me anudaste,
quítamela.
O mejor estírala hasta que se parta
y nos sangre el ombligo.

RIMA XI

RIMA XI

RIMA XI
Gustavo Adolfo Bécquer

—Yo soy ardiente, yo soy morena,
yo soy el símbolo de la pasión,
de ansia de goces mi alma está llena.
¿A mí me buscas?
—No es a ti, no.

—Mi frente es pálida, mis trenzas de oro:
puedo brindarte dichas sin fin,
yo de ternuras guardo un tesoro.
¿A mí me llamas?
—No, no es a ti.

—Yo soy un sueño, un imposible,
vano fantasma de niebla y luz;
soy incorpórea, soy intangible:
no puedo amarte.
—¡Oh ven, ven tú!

Electra

Electra

Electra

pasión zen;
no sata, sí cilla,
vulgar fisiología,
fragilidad.
Prodigio de ser tú,
inequidad,
muralla o dicotomía.
Yo también
quisiera
penetrar tu anatomía.

Pejesapa

Pejesapa

No sé cuándo me cambió la mirada
y me salió un sedal en el centro de la frente.
Por qué me gusté pejesapa y monstruo;
canibal agazapada en una cama de algas.
Cuando sucedió aquello del mimetismo y las babosas,
de presumir el veneno, de esconder la boca,
de pescar con carnada de mi propia garganta.

Pejesapa asustada me llené de aire.
Dos veces mi tamaño es una carga muy grande.

UN POEMA DE AMOR

UN POEMA DE AMOR

UN POEMA DE AMOR
de Nicolás Guillén(1933-1971)


No sé. Lo ignoro.
Desconozco todo el tiempo que anduve
sin encontrarla nuevamente.
¿Tal vez un siglo? Acaso.
Acaso un poco menos: noventa y nueve años.
¿O un mes? Pudiera ser. En cualquier forma,
un tiempo enorme, enorme, enorme.

Al fin, como una rosa súbita,
repentina campánula temblando,
la noticia.
Saber de pronto
que iba a verla otra vez, que la tendría
cerca, tangible, real, como en los sueños.
¡Qué explosión contenida!
¡Qué trueno sordo
rodándome en las venas,
estallando allá arriba
bajo mi sangre, en una
nocturna tempestad!
¿Y el hallazgo, en seguida? ¿Y la manera
de saludarnos, de manera
que nadie comprendiera
que ésa es nuestra propia manera?
Un roce apenas, un contacto eléctrico,
un apretón conspirativo, una mirada,
un palpitar del corazón
gritando, aullando con silenciosa voz.

Después
(ya lo sabéis desde los quince años)
ese aletear de las palabras presas,
palabras de ojos bajos,
penitenciales,
entre testigos enemigos.
Todavía
un amor de «lo amo»,
de «usted», de «bien quisiera,
pero es imposible»... De «no podemos,
no, piénselo usted mejor»...
Es un amor así,
es un amor de abismo en primavera,
cortés, cordial, feliz, fatal.
La despedida, luego,
genérica,,
en el turbión de los amigos.
Verla partir y amarla como nunca;
seguirla con los ojos,
y ya sin ojos seguir viéndola lejos,
allá lejos, y aun seguirla
más lejos todavía,
hecha de noche,
de mordedura, beso, insomnio,
veneno, éxtasis, convulsión,
suspiro, sangre, muerte...
Hecha
de esa sustancia conocida
con que amasamos una estrella.

Laureles

Laureles

La verdad soy sola
y sin ser a veces
mi voz de filoygrana
me puede.
La ilusión impide ver
el relleno de confeti,
las bolas de celofán,
la niña con la toquilla,
interpretando sabandijas.
Atenas se cose los labios:
develar es entretenimiento
exclusivamente humano.
Una niña hace acrobacias,
el cable es largo, no hay malla;
sólo yo conozco el enemigo
que habita en su ADN.
Conjuro a Niké y aparece
un par de tenis de correr.
La vida entera se compendia
en competir y vencer.

Nunca he entendido nada, por ejemplo:
¿por qué hay sangre en los laureles?


Sobre el recuerdo

Sobre el recuerdo

Por que no hay poesía festiva, alguien había dicho, pues quizá, solo del tiempo y lo irreparable puede hablar. Y también alguna ves se dijo pero ¿quien ¿cuando? que todo un día será pasado y olvidado y borrado: hasta los formidables muros y el gran foso que rodeaba la inexpugnable fortaleza.
-E.Sabato

El recuerdo
convalece.
Eternamente
se nos muere.
En pedazos.
la memoria
nos traiciona.
Se va
y nos deja
la casa vacía.
¡Escribamos!

NARCISO

NARCISO

NARCISO

¿Nunca lo vas a entender?
Soy el distal de tu mano
que ondula mil elegías.
Soy la efigie de ti mismo
reflejándose en el agua;
el cristal roto de tu espalda,
la ciénaga empantanándote,
la elipsis que te congela.
¿Nunca lo vas a entender?
-“Soy tu peor enemigo”.

(Y Narciso cae al río).

Dolor

Dolor

(Extraído de La metafísica de las almas gemelas)

El "dolor" es ese esfuerzo ascendente a través de la materia, que coloca al hombre a los pies de los logos:

Dolor es seguir la línea de mayor resistencia y por ese medio llegar a la cima de la montaña.

Dolor es la destrucción de la forma y la obtención del fuego interno.

Dolor es el frío de la soledad que conduce al calor del sol central.

Dolor es arder en la hoguera a fin de conocer la frescura del agua de la vida.

Dolor es viajar al país lejano que trae como resultado la bienvenida al hogar del Padre.

Dolor es la ilusión del desconocimiento del Padre que conduce al hijo pródigo, al corazón del Padre.

Dolor es la Cruz de la pérdida completa que trae de retorno las riquezas de la eterna generosidad.

Dolor es el látigo que hostiga al esforzado constructor para llevar la construcción del templo a la completa perfección.

PILAR EN DETRITUS

PILAR EN DETRITUS

La gota cae sobre la copa,
derramando mi cabeza,
de un líquido gris y lábil.
Humedades se aglomeran,
sobre las superficies secas,
del atlante de mis venas.
¿Soportaran el peso?
El sarmiento se hace vino;
se des nuda antes de tiempo,
resbala “aes” por mi frente
Y me deja oliendo a bar.
Soy duda abierta al detrito.
Soy el dial incapaz.
Soy la aístesis inconclusa
de un mallete que calla
y que no mide culpas.
Soy el vástago incinerado
de un pilar en detritus.
Esto es la pesadilla
del pimpollo de la vid.
¿Qué más les puedo decir?
Si la gota cae sobre la copa
y se derrama mi cabeza.

Colgada

Colgada

Tú piensas en voz alta;
yo hablo en susurros
y a veces
en símbolos que son ermitaños
drogadictos al éter;
ese fluido sin peso
que me ocupa la mente.
Borra de mi frente
la carta número nueve;
quita a Diógenes
salva la linterna.
Sé mi sol, mi voz,
mi diez añadido;
perdóname.

Amor...
tú eres transparente,
magnánimo, nada guardas,
todo, todo me lo das:
bancos de Discos rojos,
Nubes Blancas, el pez Angel,
Sardinas de siete colores;
conoce
que no mereces soledades.
Mete la linterna en mi garganta,
sacude cada Zebra de su grieta,
encara mis Ancistrus de Tres Rayos,
ve que son inofensivos.

Abre mi boca, ven,
devora
los erizos.
Te regalo la renuncia
y pongo de cabeza mis ascetas.